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martes, 17 de abril de 2012

Un trabajo extraño

Colombia es un país de astutos, de rebuscadores, todo el tiempo vemos como las personas se las ingenian para sobrevivir en una nación donde la desigualdad social y la falta de empleo hacen parte de lo cotidiano, una sociedad donde el vivo vive del bobo  y ser una persona avispada recibe más crédito que actuar con honestidad y dedicación. Es así como doy pie a la siguiente historia, que nos muestra a un personaje con un empleo bastante peculiar que aunque viola los límites de lo legal sus daños podían no afectar a alguien realmente.   

Este es pablo un hombre que toda su vida trabajó en infinidad de cosas, como mesero, ayudante de carpintería, vendedor de zapatos, etc. Alguna vez no se supo cómo conoció a Rupert un tipo que venía de Inglaterra y que estaba pasando unas vacaciones en Colombia. Pablo y Rupert se sentaron en una tienda a tomarse unas cervezas y entre trago y trago la conversación era cada vez más reveladora, hasta que el inglés contó de qué vivía; consistía en que por medio de un sistema operativo tomaba pequeños montos de dinero desde 100 a 1000 pesos, para hablar en términos del país, de la mayor cantidad de tarjetas de crédito que pudiera y -claro dijo, el extranjero, este es el robo perfecto quién se va a pensar en esos pocos pesos.

Pablo en medio de su escepticismo le pidió Rupert que le enseñara y este ya con tragos en la cabeza sacó su portátil y le mostró, el inglés ya sabía cómo hacerlo en Colombia, de alguna u otra forma Pablo comprendió en qué consistía y al otro día empezó a hacer lo mismo, en unos tres años ya tenía suficiente dinero, casa carros, fincas en fin de todo y aunque siempre se prometía parar nunca lo logró y no era por ambición sino porque le gustaba, se le había convertido en un vicio y en el mejor empleo que podía tener. Pero las cosas empezaron a salir mal y la policía se enteró y a Pablo lo metieron a la cárcel pero no por mucho tiempo, el problema fue que siguió haciendo lo mismo y hay sí la condena fue larga.

Esta historia me la cuenta hoy 5 de febrero del 2012 su hija menor quien tiene 25 años y aunque no aprueba lo que hizo su padre, no lo juzga simplemente lo extraña. Y cómo juzgar a Pablo si lo más probable es que nosotros hiciéramos lo mismo, claro está que a él lo meten a la cárcel por robar 1000 pesos y a otros que roban más y están desangrando el país solo se les da una advertencia o se les felicita por ser aún más avispados que Pablo o el inglés.

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