Marly G. G.
jueves, 21 de abril de 2011
APRENDER A LEER
Generalmente se cree que saber leer consiste en poder descifrar la pronunciación de determinados fonemas. Es decir si una persona es capaz de recitar una oración su proceso lector es considerado como bueno, independientemente si se comprendió o no lo “leído”. Pero ¿será que esta situación no representa un problema dentro del sistema educativo y la sociedad en general?
El primer capítulo del libro
Aprender a leer
es una fuerte crítica realizada a los métodos de enseñanza lectora, que desde un principio representan una piedra en el zapato tanto para profesores como para alumnos, pues son aburridos, obsoletos, menosprecian la capacidad de los estudiantes y cohíben a los maestros. Generando así un desprecio absoluto por la lectura y una incapacidad de comprensión grave.
En este capítulo las críticas más fuertes recaen sobre las cartillas. Que cada vez son menos complejas, supuestamente para no complicarle tanto la vida al estudiante, pues sus hojas están llenas de dibujos en vez de letras y las que hay son repetitivas contribuyendo a una reducción léxica. Las historias ahí encontradas son predecibles con personajes bastante simples que obviamente no despierta ningún tipo de interés en los estudiantes ya que, también, se alejan totalmente de la realidad. La culpa en gran parte la tienen las editoriales que imprimen este tipo de libros pensando solo en un bienestar monetario, claro está que talvez el mayor culpable sea el ente educativo que todo el tiempo vive restringiendo el tipo de lecturas con cualquier pretexto.
Por eso, aunque se cree que la culpa de la falta de gusto por la lectura de parte de los estudiantes es culpa de los profesores. La realidad es que ellos no son los únicos responsables de esta gran falencia puesto que el interés por leer debe ser provocado desde el hogar, así que sobre los familiares también recae gran parte de la culpa. Ellos desde el principio deben inducir a sus niños por el camino de la literatura porque en un futuro va ser mucho más fácil para ese infante obtener una capacidad de comprensión muy buena.
Entonces resulta alarmante ver como dentro de la sociedad leer de verdad no es importante, es mejor simplemente reciclar modelos desechados en otros países y aplicarlos aquí. Total que importancia puede representar un buen lector en una comunidad donde no se busca un bienestar común sino el de algunos pocos. Sería interesante que en las entidades educativas, los padres de familia y todo el mundo en general surgieran nuevas ideas que llevaran a los niños, pues ellos también están cansados de las mismas simplezas que no les generan sino aburrimiento, a convertirse en personas críticas y concientes del mundo que les rodea y eso se puede empezar a conseguir por medio de la lectura, de la buena lectura.
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